jueves, 17 de enero de 2013

La historia de la media naranja

        ¿Cómo es posible que, de los billones de personas que hay en el mundo, me encontrase con mi media naranja justo a esa hora y en ese preciso día y lugar? Solo cabe una explicación: era mi destino.

        Sin lugar a dudas, esta frase es una de las más bonitas que puedan pronunciarse. Además, también es la forma de pensar de  multitud de gente en la actualidad.

        Lamentablemente, la mayoría no habrá dedicado más de 5 minutos a preguntarse "¿y por qué pienso así?". Sin embargo, yo tengo un punto de vista un tan diferente, de manera que si tú eres una de esas personas que no se ha planteado el porqué de su creencia en el destino, a continuación te voy a proporcionar una serie de argumentos que deberías tener en cuenta.

        En primer lugar, se está considerando a millones y millones de personas como variables de la ecuación de la vida. El problema está que apenas llegarás a conocer a un puñado de todas ellas.

        En segundo lugar, alguien que afirme que estaba destinado a conocer a su media naranja probablemente lo haga debido a una clara falta de conocimiento. Es decir, es muy seguro que su forma de pensar equivalga a a decir "como no entiendo lo que ha pasado, lo voy a llamar destino porque suena bien".
        
        Pero sin lugar a dudas, la mejor razón en contra de esta forma de ver la vida es la siguiente: ¿acaso no llegaste a encontrarte con tu media naranja gracias a las decisiones que fuiste tomando a lo largo de tu vida? En otras palabras, si tú no hubieses decidido estar presente en ese lugar y en ese momento precisos, simplemente no te habrías encontrado con la persona que hoy en día es tu gran amor.

   "Lo que se considera ceguera del destino es en realidad miopía propia"   William Faulkner
     
                                                                                                                                 Jorge G.

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